La unidad hace la diferencia
En el año 2004, a solo días de iniciar nuestro trabajo en el Despacho de la Primera Dama, se me preguntó: “¿Cuál es el credo de Margarita Cedeño?” Mi respuesta fue lo que ha sido el estandarte de toda nuestra labor a favor de los dominicanos: “Llevar la unión y la confianza a la familia dominicana”. Han pasado casi 16 años de esa pregunta y hoy, más que nunca, mantengo la misma respuesta.
La unidad es de vital importancia en todos los aspectos de nuestras vidas. Una madre no podría echar hacia adelante a sus hijos sin el respaldo de todos en el hogar; en la pelota, sin el trabajo en equipo, no se podrían ganar partidos; y en los Estados, sin una correcta articulación multisectorial de la gobernanza, no se puede hacer progresar un país.
Por ello desde la Vicepresidencia de la República Dominicana y el Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales (GCPS), hemos trabajado para que cada involucrado sepa que el trabajo mancomunado es sumamente importante para el futuro de nuestra gente. Esto es evidente en toda la agenda intersectorial que hemos llevado a cabo, tanto en el GCPS, para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como en el proyecto “Progresando Unidos”, para combatir la pobreza en el país. Ambas iniciativas, necesarias para el progreso de los dominicanos y las dominicanas en materia de crecimiento socioeconómico e igualdad de oportunidades, han requerido de una articulación de voluntades de diferentes sectores.
En la política, también la unidad siempre ha jugado un papel diferenciador. Es famosa la frase de don Juan: “Servir al partido, para servir al pueblo”, un razonamiento de unidad partidaria que durante tanto tiempo ha caracterizado al Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Hoy adquiere mayor fuerza porque, como hemos demostrado en ocasiones anteriores, trabajar unidos significa ganar-ganar.
Bajo esa misma reflexión, es el propio Bochismo el que nos une no solo a los peledeístas, (los que están y los que volverán), sino también a los perredeístas, pues su partido fue también fundado por el profesor Juan Bosch. Y a los aliados… y, por supuesto, a los perremeístas. En fin, a todos los dominicanos que comparten ese sentido de unidad y compromiso que manifestaba el Profesor Bosch.
El trabajo en conjunto es, sin lugar a dudas, un factor clave para superar desafíos y aprovechar oportunidades. En este ejercicio, en el que se necesitan dosis importanes de empatía y sentido de la solidaridad, me veo obligada a destacar el rol de la mujer dominicana. Esta ha demostrado durante décadas su gran capacidad de conciliación y lucha por el bienestar de los suyos. Como el mismo don Juan decía: “Todo hombre recibe influencia de la mujer, como toda mujer recibe influencia del hombre”. Y es innegable la que tiene la mujer en la constante búsqueda del equilibrio y la paz. Esto también lo asegura la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuando indica que: “La participación de las mujeres puede ayudar a comprender mejor las causas de un conflicto y sus soluciones alternativas, así como impulsar medidas que den respuesta a las distintas necesidades y permitan consolidar la paz en el tiempo”.
En la sociedad dominicana, la capacidad de nuestras mujeres para solucionar los desafíos del día a día es más que evidente. La sororidad, la hermandad entre nosotras, a pesar de las diferencias que pudiera haber, es un valor intrínseco de la mujer dominicana que hace posible que, desde el respeto a la importancia de permanecer unidas, se puedan producir las transformaciones que toda sociedad necesita para evolucionar y mejorar su calidad de vida.