Esperanza en el 2021
Llegamos a la última semana de un año que todos quisiéramos que no hubiese existido. A pesar de que la adversidad ha traído consigo muchos aprendizajes, este año de pandemia se ha llevado a seres queridos y ha trastornado la vida de muchos seres humanos, que no estaban preparados para una catástrofe de esta magnitud.
El gran avance que habíamos logrado en los últimos 20 años de desarrollo económico y social, se enfrenta a la necesidad de la resiliencia y la adaptabilidad, en un mundo que ha observado el desplome del comercio, la inversión extranjera y el turismo.
La recuperación será lenta, pero no hay dudas de que volveremos al sendero del progreso. Tomará tiempo, esfuerzo, sacrificios, tanto del Gobierno como del sector privado y, por qué no, de cada ciudadano y ciudadana, que seguirá ajustando su estilo de vida a la normalidad en los tiempos del COVID.
La vacunación de la población y los estímulos económicos auguran un 2021 de crecimiento, una luz para ahuyentar las sombras que deja este año. Las previsiones de otoño del Fondo Monetario Internacional estiman un crecimiento de 5,2% del PIB a nivel mundial. La República Dominicana debe prepararse para aprovechar al máximo ese importante repunte de la actividad económica, que será más evidente a partir del tercer trimestre del año próximo.
Eso significa que aún nos quedan, por lo menos, seis meses más de estrechez económica, de sacrificios fiscales y de decisiones duras, pero necesarias. Aumentará la deuda pública en todos los países del mundo, pero eso solo será útil si se destina a la protección de las conquistas sociales y a un amplio programa de inversión pública que genere una gran cantidad de empleos.
Despejado el panorama, el 2021 también será el año de repensar la economía postcovid. No debemos caer en la autocomplancencia y pensar que no enfrentaremos más pandemias en el futuro u otro tipo de catástrofe imprevista de esta misma magnitud. Nuestros sistemas deben estar preparados ante las emergencias, que ya no serán solo desastres naturales, como siempre los hemos conocidos, sino que habrá importantes amenazas que aún no conocemos.
Habrá un nuevo ciclo económico a partir del fin de la pandemia, que debemos aprovechar para saldar deudas sociales y repensar modelos económicos, enfocando al país hacia una mayor diversificación de su matriz de productividad, aprovechando la economía digital. Es la única manera como podremos llegar preparados a los próximos retos.
Las incógnitas son muchas todavía, pero hemos dado la batalla con ahínco y determinación, con la certeza de que la humanidad puede sobreponerse a cualquier reto cuando trabaja en paz y armonía. Con los ojos puestos en un mejor futuro, damos fin a un año difícil y abrimos las puertas al 2021, que trae la esperanza de un mejor futuro, del retorno de los abrazos y las libertades que hemos tenido que sacrificar.