Maestros: los grandes héroes de la educación en tiempos de pandemia y siempre
Llama la atención el estudio realizado por el Observatorio Laboral del IDESBA de Argentina, con respecto a la labor de los docentes durante la cuarentena. Este afirma que más del 90% de los maestros han trabajado tiempo extra, en aras de acompañar a sus estudiantes y de encontrar herramientas que se adapten a la realidad de sus alumnos para que su formación continúe. Esta es una realidad que va a la par con el gran esfuerzo que han demostrado los docentes dominicanos en los últimos meses.
En ese sentido, es oportuno reconocer y honrar a estos héroes y heroínas de la educación, que hoy se entregan en cuerpo y alma a la adaptación tecnológica, para poder cumplir con su labor en momentos en los que la educación presencial se presenta como un riesgo de contagio en medio de una crisis sanitaria inesperada.
Desde el 1994, celebramos a principios de octubre la labor encomiable de los docentes, luego de que en esa fecha la UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), firmaran la recomendación conjunta que reconoce las responsabilidades y los derechos de los docentes, en lo que concierne a su desarrollo profesional y sus condiciones de enseñanza. En ese sentido, esta conmemoración adquiere mayor relevancia en estos tiempos desafiantes.
La educación en tiempos de COVID-19 es una prioridad para la sociedad, y si bien el distanciamiento requerido puede ser la condicionante oportuna para dar un paso contundente hacia la formación académica virtual, es importante considerar que este es un camino que, a otros países de la región, en condiciones normales, le costó más años alcanzar.
En ese sentido, y considerando la premura que nos impone el inicio del nuevo año escolar, la creatividad de los maestros es y será necesaria. Esto, porque a pesar de toda la labor realizada con el programa República Digital, que sirve de punto de partida para este momento de transformación didáctica, la realidad de las clases remotas va más allá de lo técnico. Es una nueva dinámica que deberá ajustarse a las condiciones de cada comunidad, y requerirá de una adaptación y acompañamiento psicológico y social dirigido a padres y alumnos.
Ese acompañamiento, según la realidad de cada alumno, recaerá sobre los hombros del docente, esta es la realidad. Por eso la responsabilidad de los maestros es aún mayor que en años anteriores; y a pesar de la creatividad y vocación que caracterizan nuestros profesores, no podemos dejarlos solos. Este es un reto que requiere no solo de formación técnica para la virtualidad, sino también de una formación psicopedagógica constante dirigida a los docentes, que vaya en sinergia con la nueva normalidad y los nuevos retos que ésta traiga consigo.
Estamos seguros que nuestros docentes, los héroes de la educación en tiempo COVID-19, darán su mayor esfuerzo -incluso en horas extra- como lo hicieron hace unos meses. Sin embargo, el Estado y el sector privado también deberán entregar su mayor esfuerzo en este momento extraordinario. La solidaridad y las alianzas, se presentan como factores claves para el éxito de la educación remota.
Sobre esto último, la elaboración constante de guías prácticas para un mejor desempeño, adaptadas a la realidad de cada sector de la población, y la creación de una red de acompañamiento psicosocial, que sirva de enlace para dar soporte a cada maestro, se hacen imperativas en este contexto.
La convivencia escolar, tan importante para el desarrollo humano, no debe ser excluida en esta nueva modalidad. Para ello, nuestros héroes de la educación deberán estar preparados, y esa es una responsabilidad de todos.