¿Por qué el «período» ganó un Óscar?
Listín Diario / Opiniones
Autora: Margarita Cedeño de Fernández
Quizás para muchos pasó desapercibido, pero el mejor corto documental de la pasada premiación de los Oscar fue otorgado a «Una Revolución en toda regla» (Period. End of Sentence, en inglés), una obra que destaca las dificultades que enfrentan millones de niñas en el mundo, por los tabúes existentes en torno al periodo menstrual.
Mujeres y niñas en todo el mundo viven con un estigma cultural, una vergüenza colectiva y, en muchos casos, un aislamiento social, producto de los tabúes que aún existen en torno al periodo menstrual.
Una tercera parte de las niñas de India no va al colegio o a su escuela, porque allí se considera que la regla es una enfermedad, mito que también lleva a muchos negocios, en especial los que dirigen hombres, a no vender productos para la menstruación.
El tema no es ajeno a Occidente. Alyssa Mastromonaco, una de las principales colaboradoras de Barack Obama durante su presidencia, cuenta en sus memorias -con un título digno de una serie de televisión de los años 90-, que una de sus primeras luchas a lo interno de la Casa Blanca fue lograr la instalación de un dispensador de tampones en el complejo que alberga al jefe de Estado y de Gobierno más influyente del mundo.
Se han levantado protestas en muchos condados de los Estados Unidos, en contra de lo que se considera un impuesto a los productos para la salud de la mujer. El llamado «impuesto del tampón» o «tampón» es injusto, ya que categoriza a estos productos en la misma categoría que los desodorantes o jabones, que son productos de higiene personal, pero no necesariamente productos para la salud.
Lo que hoy se conoce en Estados Unidos como el movimiento de la «equidad menstrual» es también una exclamación a favor de la educación y la salud sexual y reproductiva de todas las mujeres alrededor del mundo. La carencia de ambas es también una forma de violencia contra las mujeres.
Aunque son muy escasos los estudios globales sobre el impacto social de la menstruación en las niñas y mujeres en el mundo, organismos multilaterales reportan que, en África, una de cada diez niñas falta a la escuela cuando tienen el periodo y una de cada tres niñas no tiene acceso a baños y servicios adecuados, lo que provoca que muchas decidan quedarse en casa para evitar contratiempos.
Algunos considerarán que el tema es ocioso, pero las cuestiones del día a día que limitan a la mujer y promueven una cultura injusta hacia la mitad de la población, requieren ser abordadas desde lo mínimo hasta aquello que más impacta. Además, para una mujer en condición de pobreza, el gasto en productos para la menstruación es muy considerable, ya que en condiciones normales es un gasto recurrente los 12 meses del año, por lo menos durante 40 años del ciclo de vida. Llegará el día en que los «asuntos de mujeres» también sean asuntos de todos.