BigData y la administración pública

  • Los Gobiernos tenemos que apoyarnos en la ciencia para la concepción y ejecución de las políticas públicas, y presentar las investigaciones dirigidas hacia el combate de la pobreza.
  • El paso más trascendental en términos de #BigData, es construir una base de datos pública fiable, que sirva a la construcción de las políticas públicas.
  • En RD hemos construido un Índice de Vulnerabilidad ante Cambio Climático, que nos permite disponer de una medición científica sobre la vulnerabilidad de quienes viven en zonas de desastre.

Discurso de la Señora Vicepresidenta en el marco de la Sesión sobre Inteligencia Artificial, en el Foro de Desarrollo Sostenible de la CEPAL.

La Declaración de Santo Domingo, que resultó del Foro que realizamos en noviembre pasado en República Dominicana, de la mano del PNUD y de la CEPAL, resaltó la importancia de los mecanismos de medición de la pobreza multidimensional, como herramientas para el diseño de políticas sociales más eficientes y de mayor alcance.

En esencia, se trata de aprovechar ese alto volumen de data que hemos acumulado en todos estos años de programas de protección social, con el propósito de identificar con mayor claridad las oportunidades y los espacios de mejora que tenemos en la lucha contra la desigualdad social.

La tecnología que existe hoy, el enfoque hacia el aprovechamiento de la información que trae consigo la Cuarta Revolución Industrial, y las experiencias que hemos compartido los países que formamos parte de este Foro, ofrecen una importante oportunidad en ese sentido.

Los Gobiernos tenemos que apoyarnos en la ciencia para la concepción y ejecución de las políticas públicas, y a la vez presentar las investigaciones, los análisis y las informaciones que sustentan las políticas, especialmente las que van dirigidas hacia el combate a la pobreza.

Yo leía hace algunos días una entrevista que realizaron a Dan Levy, un reconocido profesor de políticas públicas de Harvard Kennedy School, en la que afirmaba que “muchas veces los errores de las políticas sociales están en su diseño”.

Y lamentablemente, él tiene toda la razón.

Los gobiernos de América Latina hemos sido bastante eficientes en la ejecución e implementación de las políticas públicas. Sin embargo, luego de implementadas, nos hemos dado cuenta que han sido mal diseñadas y que, por ende, no han dado el resultado esperado.

Una respuesta eficiente a esa problemática, requiere de equipos multidisciplinarios que inyecten a la administración pública ese enfoque hacia el uso provechoso de la información.

Es la manera como podremos identificar y profundizar en torno a los principales obstáculos y desafíos de nuestra región, y así convertir los ODS en una realidad.

Ahora bien, los Gobiernos enfrentamos un gran reto para abordar el tema. La velocidad con la que crecen los datos es vertiginosa. En el 2020 habrán 50 mil millones de conexiones de personas, datos y objetos, solo en Internet.

Sin embargo, las Administraciones Públicas en nuestros países, no disponen de las herramientas y capacidades para digerir, comprender, analizar e interiorizar este volumen disruptivo de datos sociales y económicos.

En el caso de la República Dominicana, especialmente desde el Sistema Único de Beneficiarios, estamos implementando este año el Estudio Socioeconómico de Hogares, que traerá consigo un volumen inmenso de informaciones que corresponde a una cartografía de los hogares más pobres de mi país.

He hecho mucho énfasis en que esta información pueda ser aprovechada al máximo, no solo para identificar a los hogares beneficiarios de los TMC. Sino también, para que las instituciones del Estado puedan construir políticas públicas concebidas desde un análisis de la información que pondremos a su disposición.

Esto requirió que el cuestionario aplicado a los hogares, fuera sometido a procesos de consulta, para que cada institución pública y no gubernamental, realizara sugerencias válidas que enriquecieran el cuestionario, a la vez que nos auxiliamos de instituciones como la CEPAL y OPHI, para integrar experiencias que ya han sido aplicadas en la región.

Desde el punto de vista de la política social, me parece que es el paso más trascendental que pueden realizar los gobiernos de la región en términos de Big Data, construir una base de datos pública fiable, que sirva a la construcción de las políticas públicas.

Recientemente estuvimos compartiendo con el equipo de UN Global Pulse, encabezado por Robert Kirkpatrick, evaluando de qué forma podemos aprovechar aún más las informaciones que genera la política social, para la toma de decisiones.

Es un punto importante que también quedó claro en la Declaración de Santo Domingo, que va en línea con lo tratado en este Foro al que asistimos hoy.

La región debe acordar una estrategia para la instalación de laboratorios de Big Data, y entiendo que ya la CEPAL está realizando avances en ese sentido.

Esos laboratorios deben estar en distintas subregiones, para que evalúen y analicen distintos tipos de información, dependiendo de las condiciones de cada subregión.

Por poner un ejemplo, en la República Dominicana, de la mano del PNUD, hemos construido un Índice de Vulnerabilidad ante Cambio Climático, que nos ha permitido disponer de una medición científica sobre la vulnerabilidad de quienes viven en zonas de desastre, especialmente ante el paso de huracanes, que es lo normal en nuestra región.

Pero quizás en Chile, ese Índice deba enfocarse hacia los terremotos y los fenómenos asociados a estos. O en Perú tenga que ver más con el fenómeno El Niño.

Y así otras herramientas que puedan construirse en torno al Big Data, que deben adecuarse a las realidades socioeconómicas y geográficas de cada región.

Amigos y amigas:

Un punto de gran importancia es que el aprovechamiento del Big Data público, genera una nueva concepción de la política y de la gestión pública.

¿Quiénes tienen acceso a esta información? ¿Cómo se aprovecha? ¿Cómo se protegen los datos y los sistemas? ¿Qué regulaciones se requieren?

Es una discusión sobre la regulación de la batalla por la información, como lo ha planteado Evgeny Morozov, en un artículo para El País.

Crear una cultura de la gestión pública a partir del Big Data, requiere capacitaciones, requiere propuestas de regulación, acuerdos de confidencialidad, sistemas con normativas de calidad y protección, en fin, requiere que un organismo de la fiabilidad de CEPAL, realice las recomendaciones necesarias para que Big Data sea una realidad eficiente para la región de América Latina y El Caribe.

Los Gobiernos tenemos que aprovechar el caudal de oportunidades que se esconden entre las capas de datos.

Es imprescindible, para hacer que lo público sea sostenible y responda con más eficiencia a las necesidades de la sociedad.

Para tener ODS, se requiere una gestión sostenible de la información.

Ya no habrá políticas sociales de calidad, que sean efectivas, eficientes, sostenibles y transparentes, si no apostamos al enfoque hacia la investigación social y el aprovechamiento de la información.

Yo reitero que no tengo duda de que el desarrollo sostenible es una posibilidad factible para la humanidad, y que es, más que nada, necesaria para el futuro del planeta tierra.

Trabajemos para ponerle fin, de una vez y por todas, a la desigualdad social.

Muchas Gracias. ¡Qué Dios les bendiga!

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