Desarrollar el campo para lograr Cero Hambre

Listín Diario / Opiniones
Autora: Margarita Cedeño de Fernández

La tarea que ha emprendido el actual Gobierno que encabeza el Presidente Danilo Medina, en cuanto al desarrollo de las zonas rurales del país, no solo es vital para la creación de empleos y una distribución más equitativa de los ingresos que genera el desarrollo económico; también lo es para el combate al hambre y la promoción de la seguridad alimentaria.

Desde el año 2007, cuando se inició la crisis financiera internacional, comenzamos a preocuparnos por el tema de la seguridad alimentaria, ante la incertidumbre y la volatilidad en los precios, consecuencia de la especulación con los denominados “commodities”.

La FAO, en su informe sobre la inseguridad alimentaria en el mundo, publicado en el año 2009, confirma el enfoque de desarrollo rural que implementa el actual Gobierno, cuando afirma que “un sector agrícola saneado puede amortiguar los problemas económicos y de empleo en épocas de crisis, sirviendo de motor del crecimiento y de reducción de la pobreza.” En el mismo informe, la FAO agrega que la inversión en el campo “constituye un pilar a largo plazo del enfoque de doble componente para luchar contra el hambre.”

El esquema de inversión en proyectos de desarrollo rural que lleva a cabo el Gobierno del Presidente Danilo Medina, es un mecanismo ideal para la promoción de la seguridad alimentaria, al asegurar la producción que requiere el país para autoconsumo, incidir positivamente en la estabilidad de los precios y promover el consumo de productos que tradicionalmente no forman parte de la canasta familiar, lo que estamos reforzando con varios sub-programas desde Progresando con Solidaridad, tales como los Huertos Familiares, la estrategia Cero Hambre y el Banco de Alimentos.

En una segunda etapa tenemos que pasar a la producción para la exportación y generación de divisas para convertirnos en el añorado “Granero del Caribe”, del cual hemos hablado en otros escritos. Como Embajadora Extraordinaria de la FAO estoy muy orgullosa de la labor realizada por los discípulos de Juan Bosch en la promoción del desarrollo rural, y feliz con el impulso que hemos dado a la gente del campo en nuestro gobierno encabezado por Danilo.

No es casualidad que la FAO haya decidido reconocer este esquema de inversión, como ejemplo para los países de América Latina y El Caribe, al igual que los de África, donde la fragilidad institucional y las injusticias del mercado, impiden el desarrollo de este tipo de proyectos en condiciones normales.

Un total de 507 proyectos y una ejecución de alrededor de 4 mil millones de pesos, son el resultado una política acertada de desarrollo rural y de combate al hambre. Las palabras que ha dictado el Presidente Medina ante la XXIV Reunión del Comité de Agricultura de la FAO, esbozan el objetivo de este Gobierno de cumplir el Derecho a la Alimentación, que asiste a todos los dominicanos.

La tendencia en el mundo es hacia la disminución del hambre y la subnutrición. Las últimas estimaciones de la FAO indican que unos 805 millones de personas están crónicamente subalimentadas en 2012-14, lo que supone una disminución de más de 100 millones en la última década, y 209 millones menos que en 1990-92. En el mismo período, la prevalencia de la subalimentación ha descendido del 18,7 % al 11,3 % a nivel mundial y del 23,4 % al 13,5 % en los países en desarrollo.

El compromiso político al más alto nivel, es un requisito ineludible para la erradicación del hambre, un objetivo que, en palabras de Jozé Graziano da Silva, Director General de la FAO, “requiere de un enfoque integrado”, lo cual debe incluir inversiones en infraestructura, acceso a insumos, servicios, tecnología y mercado.

Este enfoque integral también depende de políticas de protección social como “Cero Hambre”, programas estatales vinculados a transferencias monetarias condicionadas. De acuerdo al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial, “las medidas de protección social intergeneracionales ayudarán a terminar con la malnutrición materna y fetal, que es causa de insuficiencia ponderal en los recién nacidos y provoca problemas graves en su vida posterior, tales como el deterioro de la capacidad cognitiva, la obesidad y la diabetes.”

La protección social también aporta al desarrollo rural y al esquema de inversiones en proyectos rurales. Las transferencias monetarias condicionadas tienen repercusiones positivas en la producción agrícola y en los ingresos de los agricultores, reduciendo la pobreza rural y mejorando la seguridad alimentaria. Esto así, porque los programas como Progresando con Solidaridad elevan el poder adquisitivo mientras aportan a la producción y a la estabilidad de los mercados.

Como hemos dicho y lo ratifica el Presidente Danilo Medina ante la FAO: “no estamos regalando pescado a nadie, sino ayudándolos a pescar y más que eso; a hacer de esa pesca un negocio rentable capaz de crecer y mejorar la vida de sus familias y comunidades de manera sostenible.”

La inversión en el campo es la piedra angular del combate al hambre y a la desnutrición. Es la inversión que permitirá que nuestra gente se dedique a trabajar por el desarrollo del país. No descansaremos hasta lograr Cero Hambre en la República Dominicana.

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