El viaje a la felicidad

Listín Diario / Opiniones
Autora: Margarita Cedeño de Fernández

 

El mundo de la divulgación científica ha perdido a su mayor exponente de habla hispana, un extraordinario referente para toda Iberoamérica: el doctor Eduard Punset. Fue un hombre adelantado a su época, que más que comunicar, nos hacía sentir involucrados en el proceso de apropiación de la ciencia y sus ideas.

Como escribió Juan Cruz en una columna de El País, Punset fue el sabio del cielo y de la esquina, porque mantenía “ese aire juvenil del hombre que estaba simplemente paseando y pensando en las preguntas que la vida seguía sin contestarle”.

Conocí su programa “Redes” hace muchos años, imperdible en Televisión Española, donde había iniciado su labor de divulgación en el 1996. Era un espacio fresco y casual que permitía conocer hasta los más recónditos rincones del mundo de la ciencia en un lenguaje llano y ligero, como si se estuviera hablando de deportes o de una actividad social. El propósito de Punset era conciliar el conocimiento con el entretenimiento, una tarea titánica, difícil, retadora, mucho más en un mundo que entonces transitaba hacia la “civilización del espectáculo”.

Con “Redes” enganché en el viaje fantástico que proponía Punset en sus obras literarias. El Viaje al Optimismo, El alma está en el Cerebro, El Viaje al Amor, ¿Por qué somos como somos?, El Viaje al Poder de la Mente, El Viaje a la Vida y, sobre todo, el Viaje a la Felicidad. Los títulos de sus obras más destacadas son una invitación a que el ser humano se conozca por dentro y pueda aprovechar el maravilloso regalo de la vida para hacer un mundo mejor.

En el año 2014 tuve la dicha de que me aceptara la invitación a visitar la República Dominicana. Desde que bajó del avión hasta que emprendió el vuelo de regreso a España, no paró de irradiar cada espacio que visitaba con su optimismo que resumió en una frase: “aunque el pasado fue mejor, el futuro lo será aún más”.

Su nutrida carrera académica es el mayor ejemplo de que el conocimiento es contagioso. El profesor Punset nos llevó por un recorrido por los avances científicos que han cambiado el mundo y que justifican el entusiasmo que debemos tener hacia el futuro, resaltando que un mejor mundo requiere esfuerzo, trabajo constante y que, cada país, como un solo pueblo, trabaje unido por el progreso y por la paz.

Tenerlo en la República Dominicana fue un verdadero sueño hecho realidad. Al parecer, para el también, porque durante su estadía no dejaba de decir que le habría encantado retirarse en una playa dominicana. Para los curiosos de la ciencia, la visita del profesor Punset al país resulta inolvidable, porque estuvo abierto a toda clase de preguntas, sugerencias, opiniones y comentarios, sobre la enorme cantidad de temas que el dominaba. Cada persona que se le acercaba era recibida con su gran sonrisa y con sus comentarios sabios y certeros.

De todas sus enseñanzas me quedo con el reto que planteó a sus lectores, de buscar la felicidad, una de las más grandes aventuras humanas. En sus libros desmenuzó todas las condicionantes de la felicidad: “las emociones, el estrés, los flujos hormonales, el envejecimiento, los factores sociales, económicos, culturales y religiosos…”; también nos reveló todos los descubrimientos científicos sobre el tema. Pero lo que mejor hizo fue invitarnos a reflexionar sobre la verdadera esencia de la felicidad. Parece que ya la encontró y emprendió el viaje para seguir aprendiendo y enseñando.

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