Evolución 4.0. de la educación

  • Las herramientas que completan el ecosistema de la tecnología, que obviamente aprovechan el internet como eje central, están generando nuevas maneras de educarse, lo que constituye un gran reto para padres, maestros y alumnos.
  • Ante un cambio tan fundamental, la escuela no puede estar desvinculada en la implementación de las TIC. Por el contrario, debe insistir con vehemencia en que estos procesos se aceleren, para que las innovaciones tecnológicas lleguen primero al aula, antes que a cualquier otro sitio.
  • Ya no se trata tan solo de poner la información al alcance de los ciudadanos, hay que educarles en cómo utilizarla, cómo generar cambios positivos, tanto individuales como colectivos, aprovechando la misma.

Señor Dariel Suárez, Vicerrector Académico de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra;

Señora Luisa Taveras, Decana de la Facultad de Humanidades;

Señora Norma Mena, Coordinadora General del Centro de Investigación en Educación y Desarrollo Humano de la PUCMM;

Señor Santiago Tejedor, profesor invitado de la Universidad Autónoma de Barcelona;

Señor Michael Hoechsmann, profesor invitado de Lakehead University;

Miembros de esta comunidad académica;

Profesores de las regionales educativas,

Invitados especiales,

Amigos de la prensa,

Amigos y amigas todos y todas:

Me entusiasmé bastante cuando me dijeron que querían tener una conversación conmigo en el marco de este Seminario, y que el título del conversatorio sería “Margarita 3.0”.

Me dijeron que querían conversar conmigo sobre internet, educación y futuro.

E inmediatamente me imaginé una charla futurista, una amplia discusión sobre el rol de los educación en una sociedad repleta de inteligencia artificial, robots, “machine learning”, conexión de alta velocidad, equipos especializados por todas partes, mucha tecnología de punta, en fin.

Me imaginé el futuro.

Pero cometí un error. Un error que, lamentablemente, viene desde el título de esta intervención.

Todo eso que yo tenía en mi cabeza, en realidad ya no es el futuro. Es el presente.

La ciencia ficción se ha vuelto cotidianidad, y ya estamos completamente rodeados de tecnología. Cada día nos vamos acercando más al momento en el cual existirá una inteligencia artifical que sobrepasará el conjunto de las inteligencias humanas y trascenderá al propio ser humano.

La verdad es que no he venido a hablarles de un futuro que supera nuestra capacidad de imaginación. En realidad vengo a hablarles de un presente, que ya no es 3.0. Es 4.0.

Y se preguntarán por qué:

Klaus Schwab, el ideólogo del Foro Económico Mundial, ha escrito ampliamente sobre la revolución industrial 4.0, que en esencia plantea que vivimos un momento trascendental, donde las tecnologías están fusionando el mundo físico, el biológico y el digital, impactando todas las disciplinas económicas y sociales y, sobre todo, cuestionando la idea misma de lo que es un ser humano.

Evidentemente, las áreas donde observamos mayores transformaciones es en los servicios económicos y en el consumo de bienes y servicios.

Pero reflexionen un minuto: ¿no está comenzando a transformarse la educación también?

Más allá del internet, que permitió democratizar el acceso a la información desde finales del siglo pasado y en lo que va de este siglo, la realidad es que las herramientas que completan el ecosistema de la tecnología, que obviamente aprovechan el internet como eje central, están generando nuevas maneras de educarse, lo que constituye un gran reto para padres, maestros y alumnos.

Hoy en día, la gran presencia de dispositivos móviles en el aula, que ya es una necesidad insoslayable, han convertido al profesor en un guía, en una persona que modera el debate y busca que los estudiantes desarrollen al máximo su potencial.

En contraste a lo que era antes, cuando el profesor era depositario omnipotente del conocimiento y por ende, transmitía los conocimientos en un formato de enseñanza que había sido diseñado para la sociedad de la primera y la segunda revolución industrial.

Ante un cambio tan fundamental, la escuela no puede estar desvinculada en la implementación de las TIC. Por el contrario, debe insistir con vehemencia en que estos procesos se aceleren, para que las innovaciones tecnológicas lleguen primero al aula, antes que a cualquier otro sitio.

Yo les pongo un ejemplo. Justo ayer, una empresa telefónica presentó sus primeras pruebas para adoptar la red 5G en la República Dominicana. Estamos hablando de una red que alcanza velocidad de 20,000 megabytes por segundo.

Para entender la magnitud, la velocidad 4G, que es la más rápida actualmente, solo llega a 75 megabytes por segundo.

El 5G permitirá que todos los dispositivos en un hogar, en un aula, en una plaza comercial, se puedan conectar al mismo tiempo, sin ningún tipo de inconveniente y a la más alta velocidad. Yo me imagino que hasta la ropa que tendremos puesta tendrá conexión wifi.

Pero esto es maravilloso.

Imagínense un aula de clases con 5G:

Los niños y niñas usando realidad virtual y aumentada para aprender geografía, mientras lo jóvenes hacen visitas virtuales a los hechos históricos más relevantes de un país.

O un estudiante de medicina practicando virtualmente cómo operar un paciente.

El 5G permitirá conectar todos los centros educativos y académicos en una gran red de conocimiento, para que profesores puedan prestar servicios a distintas comunidades desde una sola localidad.

Se hará muy fácil el intercambio de recursos y conocimientos entre estudiantes o equipos docentes

Por demás, el aprendizaje será totalmente personalizado. Google está desarrollando una tecnología para los estudios de cine de Hollywood, que permitirá que una misma película o documental, sea distintas según las preferencias de quién la está viendo.

Por poner un ejemplo sencillo, si en la película sale el actor tomándose una bebida, a mi puede que me aparezca tomándose un té, mientras que a otros les aparezca tomándose una Coca Cola.

Ahora piensen cómo sería esa tecnología en el aula de clases. Permitiría explicar gramática usando los textos favoritos de cada estudiante; o que un mismo profesor pueda enseñar música con distintos instrumentos y ritmos musicales.

En el nivel universitario: ¿se imaginan las grandes posibilidades que se abren?

Claro está, esta disponibilidad de conexión cambiará aún más el rol del profesor en el aula. Disminuirá la carga administrativa del profesor y le permitirá concentrarse en su función esencial, que es propiciar el aprendizaje.

En definitiva, son incontables los beneficios que las tecnologías de hoy tendrán para la educación.

Pero esto no significa que no haya riesgos.

Como se ha dicho aquí ayer y esta mañana, la clave de una educación distinta no está en los dispositivos, está en el contenido.

El dispositivo es importante, porque la tecnología transformará el aula de clase, pero lo primordial siempre debe ser la calidad de la enseñanza.

Por eso, a mi me preocupa el riesgo de que la tecnología nos haga perder la humanidad. Lo digo porque no hay dispositivo alguno que pueda transmitir emociones y valores, eso solo lo puede hacer el maestro.

En consecuencia, hay que poner mucho cuidado y trabajar en pos de una parte esencial de la cultura digital, que corresponde a la facultad que tienen los ciudadanos y ciudadanas de comprender y ejercer un buen uso de la tecnología, de la información y de los medios de comunicación.

Ya no se trata tan solo de poner la información al alcance de los ciudadanos, hay que educarles en cómo utilizarla, cómo generar cambios positivos, tanto individuales como colectivos, aprovechando la misma.

La tecnología tiene que estar al servicio de la ciudadanía, y no al revés.

Amigos y amigas:

Celebro este Seminario, este gran encuentro que se realiza por segunda ocasión. Les agradezco que me hagan parte nueva vez. El año pasado me sentí orgullosa, porque no es común que estos temas se traten tan abiertamente y con tanto interés.

Pero hay que hablarlos, hay que comprender el impacto de la tecnología en la educación, pero también en todas las áreas de la vida. Como les dije, lo que nos podemos imaginar ya no es para un futuro lejano. Es para hoy.

Por eso, hay que trabajar desde ya para que los métodos de enseñanza evolucionen a una velocidad mayor, y que el desarrollo tecnológico no los supere.

Tenemos que aprovechar el extraordinario nivel de conocimiento que estamos alcanzando los seres humanos, para ser más creativos, para tener un pensamiento crítico que sea útil al desarrollo social.

Y sobre todas las cosas, tenemos que aprovechar este grandioso momento, para enfrentar la desigualdad social que aún afecta a toda la región de América Latina y el Caribe.

El reto está ahí. Las herramientas las tenemos a mano. Pongamos manos a la obra.

¡Muchas gracias! ¡Qué Dios les bendiga!

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