Registros sociales: herramientas eficientes para combatir la pobreza

  • El avance de la tecnología nos ha dado la gran oportunidad de fortalecer las herramientas que utilizamos para el combate a la pobreza y una de esas herramientas son los registros sociales.
  • No guardo más que agradecimiento eterno al Banco Mundial por confiar en el Gabinete Social como el socio ideal para el fortalecimiento de sus operaciones en el país, sobretodo para la implementación de ideas novedosas y de gran impacto, que de seguro repercutirán en nuestro país por varias generaciones.
  • Me resulta evidente que al disponer de informaciones actualizadas y pertinente, podemos atender mejor las necesidades de los grupos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, a la vez que logramos evaluar el impacto de las políticas que hemos implementado

Amigos y amigas:

Si hay una tarea de la que nos hemos ocupado con entusiasmo en estos casi 8 años en el Gabinete Social, ha sido la del fortalecimiento de las herramientas que sustentan las políticas públicas.

No ha sido casual. Si los sistemas de protección social no disponen de una estructura institucional que se auxilie de la innovación y la tecnología, están condenadas al fracaso. Porque la eficiencia y la eficacia que se espera de nosotros requieren que nuestros instrumentos de trabajo estén a la vanguardia.

Hemos tenido aliados fantásticos que comparten esa visión con nosotros. No guardo más que agradecimiento eterno al Banco Mundial por confiar en el Gabinete Social como el socio ideal para el fortalecimiento de sus operaciones en el país, sobretodo para la implementación de ideas novedosas y de gran impacto, que de seguro repercutirán en nuestro país por varias generaciones.

Miren, este evento es un reflejo de ese sentimiento. El avance de la tecnología nos ha dado la gran oportunidad de fortalecer las herramientas que utilizamos para el combate a la pobreza y una de esas herramientas son los registros sociales. Desde que llegué a esta función, y mi equipo lo sabe, me he obsesionado en el buen sentido de la palabra con la idea de disponer de data de calidad sobre los beneficiarios sociales.

A mi me resulta evidente que al disponer de informaciones actualizadas y pertinente, podemos atender mejor las necesidades de los grupos que se encuentran en situación de vulnerabilidad, a la vez que logramos evaluar el impacto de las políticas que hemos implementado. Para mi, lo ideal sería que en un futuro cercano evaluemos constantemente la evolución de las familias que forman parte de los programas sociales, auxiliados con herramientas de big data.

La experiencia reciente con el Estudio Socioeconómico de Hogares que iniciamos en el año 2017, y que hemos concluido con mucho éxito, nos sirvió para poner en práctica muchas ideas novedosas y, a la vez, perfeccionar las acciones técnicas y operativas que, como Ustedes bien saben, constituyen un gran reto a la hora de visitar casi 2.2 millones de hogares en todo el territorio nacional.

Fue un gran reto logístico que se realizó desde el SIUBEN, una institución que ciertamente me enorgullece, porque ha demostrado que está en un nivel de fortaleza institucional muy alto, tanto así que en todas las mediciones de cumplimiento de indicadores que hace el Gobierno dominicano, el SIUBEN siempre está entre las primeras tres instituciones.

Es por eso que me alegra que podamos compartir con el Banco Mundial y con países hermanos de la región, nuestra experiencia en la actualización de los registros de datos socioeconómicos de los hogares que forman parte de la protección social, y a la vez aprender de la experiencia de todos ustedes, porque las particularidades de cada país nos permiten adoptar nuevas ideas para mejorar el trabajo que hacemos. Me consta que ese espíritu es recíproco.

Ahora bien, no puedo dejar de plantear algunos retos que se vinculan con el tema que se ha tratado en estos dos días.

En primer lugar, nuestros gobiernos deben adoptar medidas para que los registros sociales se alimenten de las informaciones que captan todas las instituciones del Estado. Para el reciente Estudio que realizamos, nos ocupamos de que todas las instituciones del Estado que inciden en las políticas sociales, pudieran aportarnos preguntas e inquietudes importantes para incluirlas en el formulario de preguntas. Esas inquietudes las evaluamos y las hicimos compatibles con los estándares nacionales e internacionales, para que esas instituciones puedan usar esta información en la mejora de sus políticas públicas. Este esfuerzo también apunta a que el Estado opere con una visión de inter-institucionalidad, que servirá para un mejor aprovechamiento de los recursos del Estado.

Nuestro reto es lograr que todas las instituciones vean en el SIUBEN a un aliado de valor inestimable a la hora de construir políticas públicas. Estoy convencida de que vamos en esecamino.

En segundo lugar, siempre hay que hablar del financiamiento de las políticas sociales. Estos programas han demostrado, en todas partes del mundo, que son una verdadera red que protege a los más vulnerables, a la vez que facilita a los que ya han superado la pobreza, que puedan ser parte de una sociedad donde exista cohesión social.

El tema está en que estos programas tienen que evolucionar a la par con las sociedades. Ayer justamente analizaba la situación de Chile, un país que ha sido el referente a seguir para nosotros y para muchos más, por su institucionalidad y su fuerte compromiso social. Hoy en día está erosionada la cohesión social y yo me pregunto qué responsabilidad tiene en esta situación los programas de protección social. Hay que reflexionar profundamente sobre eso, porque hoy le pasa a Chile, pero mañana nos puede pasar a cualquiera de nosotros. ¿Responden los programas de protección social a las necesidades de quienes no han superado del todo la pobreza?

Es un tema que hemos conversado en muchos foros y del que aún no hay mucha claridad. Pero hay que priorizarlo, porque nuestra aspiración es que se amplíe la clase media en nuestros países. Pero aún los que han salido de la pobreza necesitan nuestro acompañamiento. Y eso requiere financiamiento.

Creo que al disponer de registros sociales de calidad podemos explicar con detalle el impacto de las políticas sociales y convencer a los actores políticos de la necesidad de destinar más fondos a los programas de acompañamiento a las familias, un pilar que me parece esencial en cualquier estrategia de combate a la desigualdad social.

Finalmente, no puedo dejar de mencionar el tema de la graduación de las personas que forman parte de los programas de protección social. Cuando deben salir, cuando una familia ha superado la pobreza y puede seguir por si sola en su desarrollo. Esto va intrínsecamente ligado al asunto de la temporalidad de reevaluar la elegibilidad de los beneficiarios. Yo aspiro a que dispongamos de estrategias y herramientas que sirvan para actualizar la información constantemente, pero no necesariamente para definir si una persona o familia es elegible o no. Ese tema hay que tratarlo a la luz de otras implicaciones: financieras, políticas y de estrategia-país.

La implementación de acciones vinculadas a la ciencia de datos nos ayuda a responder el “cómo” mejorar la actualización de datos, pero yo quiero que también nos enfoquemos en el “para qué”, si será solo para tener un banco de elegibles, o si es para ir corrigiendo el curso de cada familia en su camino hacia el desarrollo pleno.

A mi me queda claro una cosa: las familias quieren nuestro acompañamiento, quieren que les prestemos atención y les guiemos en su tránsito en la movilidad social. No siempre tendrá que ser con el incentivo económico de las transferencias monetarias condicionadas, pero yo no creo que graduar signifique desvincular, yo creo que las familias que completan un ciclo y muestran un desarrollo pleno, pueden pasar a otra etapa. Aún tenemos que seguir reflexionando sobre esto, pero vamos en el camino correcto.

En ese sentido, estamos trabajando en la concepción de “Progresando Avanzado”, una evolución del programa de acompañamiento socio-educativo que dará respuesta a esas familias que en términos de índice de calidad de vida ya han superado su situación de pobreza, pero que están en una franja de vulnerabilidad, que ante cualquier situación económica o un desastre natural o una catástrofe familiar, pudierán caer de nuevo en la pobreza.

Apostamos decididamente a esa nueva estrategia que estaremos en toda disposición de compartir con los países hermanos de la región.

Quiero concluir agradeciendo a todos los que se han desplazado hasta aquí para este importante evento. En estos dos días de intenso trabajo, todos ganamos, porque la experiencia local e internacionales de mucha calidad y pertinencia. En un mundo convulso como el que vivimos hoy, en la medida en que compartimos nuestras experiencias, estamos mejor preparados para los retos que enfrentamos. En la base de nuestro trabajo está la solidaridad, y este evento es un reflejo de eso.

Gracias al Banco Mundial por el apoyo de siempre, seguimos siendo grandes socios en esta labor a favor del país y la región. Y claro está, felicitar al Sistema Único de Beneficiarios y a su director, Héctor Medina, por mantener altos niveles de calidad en una institución que es vital para el presente y futuro del país.

¡Muchas gracias! ¡Qué Dios les bendiga!

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