Sembrando alianzas público-privadas para fortalecer nuestro sistema de salud

7 septiembre 2018

administrador

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  • ¿Cómo se van a financiar las agendas de desarrollo? Incentivando la implementación de mecanismos innovadores que faciliten la participación del sector privado en este financiamiento.
  • Se están dando las condiciones para que el turismo de salud se fortalezca en el país y se convierta en un motor de desarrollo para nuestra economía y mejora de la calidad de vida.
  • Para que la República Dominicana pueda consolidarse como líder en turismo de salud en la región, hacen falta alianzas estratégicas, público-privadas, que faciliten las inversiones y apunten a la mejora de los servicios y las facilidades.

Doctor Alejandro Cambiaso, Presidente de la Asociación Dominicana de Turismo de Salud y Bienestar;

Señora Amelia Reyes Mora, Presidenta de AF Comunicación Estratégica y Vicepresidenta de la Asociación Dominicana de Turismo de Salud y Bienestar;

Miembros de la comunidad médica y científica presentes;

Miembros del sector turístico;

Representantes de la prensa;

Amigos y amigas:

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible se han constituido en la agenda común que ha adoptado la humanidad, para que podamos vivir en un mundo sostenible, que sea responsable con el medio ambiente y que permita a las futuras generaciones disfrutar de bienestar y calidad de vida.

Uno de eso objetivos, el número 17 para ser exactos, se refiere a un tema esencial para que podamos avanzar en la agenda común del desarrollo de nuestros países.

Ese tema son las alianzas para lograr los objetivos. Se nos hace un fuerte llamado a tomar acciones urgentes, para movilizar, redirigir y desbloquear el poder transformador de billones de dólares a nivel mundial, que hoy en día no están siendo direccionados hacia las inversiones necesarias, tanto en el sector público como en el sector privado.

¿Por qué son tan importantes las alianzas público-privadas para el desarrollo?

Fíjense.

Los países desarrollados han reconfigurado sus aportes económicos a los que están en vías de desarrollo, debido a los efectos de la crisis económica y financiera mundial, por un lado, y por el otro, debido a políticas proteccionistas que son alimentadas por algunos gobiernos populistas.

Esto ha llevado a que la asistencia para el desarrollo esté disminuyendo a un ritmo de 0,6% anual, en lugar de estar aumentado, como es necesario.

Además, el 79 por ciento de las importaciones de países en vías de desarrollo entra a los países desarrollados sin pagar impuestos, lo que significa que los gobiernos disponen de menos dinero para financiar acciones que alimenten la agenda de desarrollo sostenible.

De igual manera, el hecho de que muchos países van acercándose a la renta media, es decir, que han aumentado sus ingresos por habitante, los hace inelegibles para financiamiento para el desarrollo, lo que resulta en un freno a los programas de desarrollo social, principalmente. Es la situación en la que hoy en día se encuentra la República Dominicana. Como hemos mejorado continuamente los indicadores económicos, hoy en día no somos elegibles para asistencia al desarrollo.

Esta es una discusión amplia a nivel mundial. En Adís Abeba, una ciudad en Etiopía, se reunieron representantes de todos los países que conforman las Naciones Unidas, para discutir en torno a un cuestionamiento importante: ¿cómo se van a financiar las acciones de la agenda de desarrollo? Allí se aprobó una agenda de acción, que en uno de sus puntos plantea que: “los gobiernos debemos incentivar la implementación de mecanismos innovadores para facilitar que los recursos privados puedan financiar el desarrollo”, y que, a la vez, hay que reconocer el potencial transformador que puede ejercer el sector privado, en muchas realidades sociales.

No es una declaración ociosa.

Es un llamado con determinación a que las alianzas público-privadas sean la base de una nueva manera de direccionar las políticas públicas, hacia mejores resultados.

Hoy estamos aquí y hemos dado nuestro apoyo a esta iniciativa, porque en la salud se hacen urgentes y necesarias las alianzas público-privadas, como sostén de un sistema que se integre en el ecosistema que le rodea, sembrando cambios positivos en sus usuarios.

Les pongo un ejemplo interesante del tipo de alianzas que aspiramos a impulsar en el sector salud.

Por mucho tiempo, la carencia de sangre y sus derivados ha sido uno de los grandes retos del sector salud. La obtención de este preciado líquido, como saben, es un fuerte dolor de cabeza para los familiares de un paciente, y a la vez, un fuerte golpe al bolsillo de los usuarios. Las consecuencias son fatales e inciden fuertemente en los indicadores del país.

Preocupados por esa realidad, desde la Vicepresidencia impulsamos una alianza con el Ministerio de Salud Pública y el Servicio Nacional de Salud, sostenida por el Banco Interamericano de Desarrollo, un organismo internacional, para de una manera estratégica acercarnos a los actores del sistema y comenzar a buscar soluciones al problema.

El próximo paso consiste en la movilización de toda la sociedad, para que la cultura de la donación de sangre se impregne en toda la sociedad, y para ello se requiere del concurso público y privado, es decir, una alianza. Si no apostáramos a ella, entonces le costaría mucho al Estado dominicano y a la sociedad, promover la donación.

Esfuerzos como este van en línea con estrategias de desarrollo sostenible cohesionadas, articuladas desde las alianzas público-privadas y respaldadas por financiación suficiente y con un enfoque de desarrollo inclusivo.

Amigos y amigas:

Las alianzas público-privadas aprovechan el dinamismo y la eficiencia del sector empresarial, en especial, a quienes ejercen sus negocios desde un enfoque de responsabilidad social y prosperidad compartida.

Nosotros como Estado, lo que tenemos es que alentar un mejor alineamiento entre sus iniciativas, las del sector privado, y las nuestras, para contribuir juntos a la mejora del fortalecimiento de los sistemas de salud.

En materia de turismo de salud, que es lo que nos reúne hoy aquí, podemos y debemos hacer un mayor esfuerzo en la alianza entre Estado y sociedad.

Es un sector de gran dinamismo y crecimiento, lo que ha resultado en una gran oferta internacional de servicios médicos que, según los estudios, genera más de 70 mil millones de dólares cada año.

Para el caso de la República Dominicana, hay diversos factores que nos favorecen para aprovechar este gran mercado.

Un primer grupo de ellas corresponden a lo que podríamos llamar “ventajas inherentes al país”, como son nuestra envidiable posición geográfica, especialmente en cuanto a la cercanía a Estados Unidos, uno de los principales mercados objetivo. Por igual, nuestro agradable clima y los distintos microclimas que podemos encontrar en toda la isla, que son agradables para la recuperación de los pacientes, y que a la vez facilitan el transporte aéreo y terrestre, dentro y fuera del país. Y claro está, la amplia oferta de recursos naturales aprovechables, tanto desde el punto de vista turístico como desde el punto de vista de salud. No podemos olvidar que el turismo de salud tiene que ser atractivo para el paciente y para sus acompañantes.

Hay un segundo grupo de factores que podríamos considerar ventajas competitivas y que pueden desarrollarse más, que corresponden a la excelente oferta hotelera, la disponibilidad de facilidades para el transporte, un capital humano de calidad y con enfoque hacia el servicio y una infraestructura que cada vez va mejorando más.

A eso agreguemos el compromiso estatal con un mejor sistema de salud en el país, por un lado, y con una oferta turística atractiva, que permita complementar las visitas de pacientes extranjeros al país.

Sin embargo, somos conscientes de que una buena oferta de servicios y un atractivo turístico, no son suficientes para que elijan a la República Dominicana como destino de turismo de salud.

Hace falta abordar la percepción de seguridad y otras facilidades que permitan asegurar una experiencia placentera y memorable. Esto es esencial, en particular, para el turismo de salud de bienestar, que es el que mayores ingresos genera a la industria.

Todos los informes que hemos evaluado nos guían en la misma dirección. Para que la República Dominicana pueda consolidarse como líder en turismo de salud en la región, hacen falta alianzas estratégicas, público-privadas, que faciliten las inversiones y apunten a la mejora de los servicios y las facilidades.

Estas alianzas tocan varios ejes del ejercicio público y privado.

Desde la esfera que corresponde al Gobierno dominicano, hay que evaluar las medidas pertinentes para facilitar los procesos migratorios, la seguridad ciudadana, la protección de inversiones, la evaluación de normas de calidad, la salubridad y el cuidado al medio ambiente, la disposición de los recursos y el apoyo gubernamental a la promoción del turismo de salud, por mencionar algunos.

Todos los aspectos que podamos mencionar que incidan en el turismo de salud, requieren que nos tenemos en la misma mesa el Gobierno, el sector hotelero, el sector de la aviación civil, los hospitales, clínicas privadas, aseguradoras médicas, agrupaciones empresarias y los organismos de seguridad, para definir un método de trabajo que constantemente nos permita revisar las medidas implementadas, ajustarlas y mejorarlas.

Este Congreso que nos reúne hoy es un gran paso de avance, porque ha reunido a representantes de diversos sectores que tienen interés en el tema.

Pero creo que el siguiente paso debe ser la formalización un espacio común de trabajo, que priorice las acciones y las inversiones necesarias para el turismo de salud y que, a la vez, pueda dar seguimiento a las propuestas normativas y legislativas que inciden sobre el tema.

Estoy segura que en la Asociación Dominicana de Turismo de Salud existe el entusiasmo y el firme deseo que esto sea una realidad, pero creo que podemos hacer más desde cada uno de nuestros ámbitos, para aprovechar esta gran oportunidad de desarrollo económico y fortalecimiento del sector salud.

No puedo dejar de felicitar al doctor Alejandro Cambiaso. Su pasión con este tema me entusiasma y me da mucho aliento, para apoyar el desarrollo de este sector. No se puede negar que se ha convertido en un evangelizador del tema y que convence mucho a quienes nos detenemos a escucharle.

El apoyo que ha recibido en esta jornada, da fe de que hay muchas personas que piensan igual.

Amigos y amigas:

Están dadas las condiciones para que el turismo de salud se fortalezca en el país y se convierta en un motor de desarrollo para nuestra economía y mejora de la calidad de vida y prestación del servicio para toda la población.

Disponemos de todos los elementos para convertirnos en los líderes de todo América Latina, Centroamérica y El Caribe y, con esfuerzo y dedicación, podemos apostar por más.

Hay cuatro factores que son la clave para que eso sea una realidad: precios razonables, calidad en el servicio y disponibilidad de oferta con tecnología de punta, personal muy certificado, servicios de seguros confiables y una memorable locación, sea cual sea el destino que se elija.

Se que para nosotros los aquí reunidos, acostumbrados a grandes retos y triunfos, todo esto parece fácil, pero no lo es. El Gobierno no puede hacerlo solo, el sector privado tampoco.

Pero juntos, estoy segura de que podemos hacerlo realidad.

¡Muchas Gracias! Bendiciones

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