Un paso firme hacia la igualdad salarial

  • La igualdad de género no es un concepto, ni un pensamiento abstracto, son realidades que requieren acciones importantes y contundentes para contrarrestar la realidad existente.
  • El mensaje es bien claro: los países que quieran ser competitivos en la sociedad del siglo XXI tienen que hacer de la equidad de género una parte crítica del desarrollo de su capital humano. Dar prioridad a las mujeres no es una opción, es una necesidad.
  • Asegurar que las mujeres reciban el salario que les corresponde no es una dádiva ni es un regalo. Es un derecho y un deber, que genera beneficios económicos para todos.

Señor Roberto Yunén Haché, Director General de Phillip Morris Dominicana;

Señora Lucila Wynen, Directora de Gente y Cultura de Phillip Morris Dominicana;

Ejecutivos de la empresa, empresarios, miembros de asociaciones y gremios profesionales;

Invitados especiales;

Amigos de la prensa;

Amigos y amigas:

Quiero felicitar y celebrar esta iniciativa de Phillip Morris en la República Dominicana.

Ser la primera multinacional en obtener la certificación mundial en igualdad salarial es el testimonio palpable del compromiso que ustedes tienen con las mujeres, aquí y en todo el mundo.

Es el resultado que obtenemos cuando una empresa y sus colaboradores asumen un compromiso y lo convierten en parte de su cultura organizacional.

Y lo digo porque en agosto del 2014 yo fui a la fábrica de Phillip Morris en Santiago. En aquella ocasión yo destaqué con mucha satisfacción, el hecho de que Phillip Morris estaba demostrando con su ejemplo que vale la pena invertir y apoyar con decisión el desarrollo de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.

Y desde entonces, he seguido con mucho orgullo lo que han logrado y por eso, cuando su joven y enérgico Director General, Roberto Yunén, me visitó y me contó sobre esta iniciativa de Equal Pay, me sumé inmediatamente a la celebración y le dije que teníamos que hacer todo lo posible para que este esfuerzo sea emulado por otras empresas e industrias.

Es, sin dudas, un extraordinario aporte al país y a las mujeres en especial, un apoyo esencial para la igualdad de género.

Porque de nada sirve saber o pregonar qué es lo que se tiene que hacer para lograr la igualdad, si quienes ocupamos espacios de toma de decisiones no tomamos acciones concretas para apoyar la agenda a favor de la mujer.

Yo me pregunto siempre qué es lo que han hecho otros países para estar más avanzados que nosotros en equidad de género.

Hace unas semanas estuve en las Naciones Unidas, en las reuniones de la Comisión sobre el Estatus de la Mujer que se realizan anualmente en el mes de marzo.

Tuve la agradable oportunidad de intercambiar con los países nórdicos. Según el informe “Global Gender Gap” del Foro Económico Mundial, son los que están más cerca de la paridad de género en todas las áreas, y por ende, son ejemplo a seguir para nosotros.

Conversé con la Primera Ministra de Islandia, una mujer joven y con mucha energía por cierto, y ella me decía que Islandia no nació con la igualdad de género. Ellos tuvieron que construirla, tomando decisiones que no han sido fáciles ni tampoco populares, pero que han sido correctas.

Ahí está la clave, lo que tenemos que aprender de ellos.

Comenzar a tomar las decisiones que son correctas, aunque no sean agradables, aunque no nos den mucho dinero ni resulten en popularidad política.

La igualdad de género no es un concepto, ni un pensamiento abstracto, son realidades que requieren acciones importantes y contundentes para contrarrestar la realidad existente.

Al ritmo que vamos, a América Latina y el Caribe le tomará 74 años cerrar la brecha de género.

74 años. Parece increíble.

Yo creo que no es justo que ninguna de las que hoy estamos aquí, estaremos vivas para presenciar ese momento o por lo menos en condiciones de disfrutarlo.

Pero hoy, en este día, sí estamos muy vivas, fuertes y dispuestas a trabajar para revertir esa
realidad.

Que ya no sean 74 años, sino que para el 2030 hayamos alcanzado la equidad de género, tal y como la contemplan los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Amigos y amigas:

Solo hay 10 países que tienen gabinetes de gobierno con paridad de género; y apenas un 5% de las presidentas de grandes empresas son mujeres.

Solo hay 17 Jefas de Estado o de Gobierno, apenas un 24% de parlamentarias y 18% de ministras.

Las mujeres tan solo tienen acceso efectivo a los servicios financieros en 60% de los países, y en 44 países aún persiste un 20% de la población femenina que es analfabeta.

Si nos proponemos cerrar totalmente la brecha de género a nivel mundial, obtendremos un crecimiento de hasta 12 trillones de dólares en la economía mundial, el equivalente a la suma de las economías de Rusia, Japón, Reino Unido y Alemania.

Y tan solo una acción decisiva en torno a la discriminación salarial por género, como la que se ha presentado aquí hoy, añadiría 10 billones de dólares a la economía global.

En el caso de nuestra región, si alcanzamos la paridad de género en la participación en la fuerza laboral, nuestro PIB podría incrementarse un 16%, es decir, un monto equivalente a la economía de Argentina.

Por eso, yo creo que el mensaje es bien claro: los países que quieran ser competitivos en la sociedad del siglo XXI tienen que hacer de la equidad de género una parte crítica del desarrollo de su capital humano.

Dar prioridad a las mujeres no es una opción. Es una necesidad.

Mis queridos amigos y amigas:

Quiero hacer un llamado a todos los actores de la economía dominicana, en especial, a los empresarios y dueños de industrias. Asegurar que las mujeres reciban el salario que les corresponde no es una dádiva ni es un regalo. Es un derecho y un deber, que genera beneficios económicos para todos.

Y no lo vean sólo desde el punto de vista económico, véanlo también desde el gran aporte social que genera poner el dinero en manos de la mujer, que es lo mismo que ponerlo en manos de la familia, es lo mismo que invertirlo en educación, en salud, en bienestar, en seguridad alimentaria y en desarrollo para todos los miembros del núcleo familiar.

La sociedad sabrá reconocer a las empresas que, como Phillip Morris, se comprometen con el desarrollo de la Mujer.

Porque el camino de la igualdad de género es largo y requiere de mucho coraje, trabajo y valentía.

Sin embargo, el momento de la mujer en toda la región es AHORA.

Y yo creo que todos y todas debemos ponernos en el lado correcto de la historia.

Como dice un poema de Alfonsina Storni, cada día que pasa, me siento más dueña de mi misma. Pero no quiero ser yo sola la que me sienta así. Albergo ese deseo para todas las dominicanas donde quiera que se encuentren.

Alcemos nuestras voces, declamemos juntas que cada día somos más dueñas de nosotros mismas, que exigimos ser respetadas y amadas, que nuestro derecho a la autonomía física, económica, emocional y social, no son negociables.

Hagamos realidad el más justo de los derechos: igualdad, ni más, ni menos.

Muchas gracias y que Dios les bendiga siempre.

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