Por una economía que impulse la equidad de género

  • El desarrollo económico debe estar al servicio de la prosperidad de las personas, construyendo un círculo virtuoso de consumo, responsabilidad social e impulso de la iniciativa privada, con innovación y enfoque hacia la competitividad.
  • Una parte significativa del crecimiento económico de Latinoamérica de los últimos 15 años, y especialmente la República Dominicana, se explica por la incorporación de 70 millones de mujeres al mercado laboral.
  • Las mujeres somos un 16% más propensa que los hombres a ahorrar para gastos futuros. Y ese ahorro lo destinamos a gastos de capital y a inversiones, en lugar de gastos personales.
  • Vamos a darle espacios a la mujer. Vamos a impulsar que el cerebro femenino esté en todos los sectores de la sociedad.

Queridas amigas y amigos:

El Siglo XX nos dejó como legado una economía globalizada, pero con grandes asimetrías. Es por eso que el gran desafío del siglo XXI, es impulsar el crecimiento económico con inclusión y justicia social.

Y esto no es posible sin pensar en la mujer, si no hacemos posible una economía que se ajuste e impulse la equidad de género.

¡Qué bueno conocer, entonces, esta gran iniciativa de Global Banking Alliance! Me alegra saber que grandes e importantes Bancos del mundo están impulsando el empoderamiento femenino. Y que lo están haciendo no solo desde la perspectiva de una oportunidad de negocios, sino también desde el aporte social que pueden hacer desde sus espacios.

El desarrollo económico debe estar al servicio de la prosperidad de las personas, construyendo un círculo virtuoso de consumo, responsabilidad social e impulso de la iniciativa privada, con innovación y enfoque hacia la competitividad.

Felicito que lo estén haciendo desde un enfoque integral, observando el fenómeno de la participación de la mujer en la economía, como una fuerza transformadora que implica una evolución de cómo vemos las finanzas, el marketing, los negocios, y en concreto, los productos y servicios financieros.

Y es que los beneficios económicos y sociales de la igualdad de género son incuestionables.

Está demostrado que una parte significativa del crecimiento económico de la región de Latinoamérica de los últimos 15 años, y especialmente la República Dominicana, se explica por la incorporación de 70 millones de mujeres al mercado laboral.

Cerrar totalmente la brecha de género a nivel mundial, e integrar plenamente a la mujer en el mercado laboral, de acuerdo a McKinsey & Company, se traduciría en un crecimiento de hasta 12 trillones de dólares en la economía mundial.

Para que eso se convierta en una realidad, se requieren acciones importantes en el ámbito normativo, especialmente en lo referente a la discriminación salarial por género y a las trabas que existen para que la mujer escale a posiciones directivas.

Una acción decisiva en este sentido, añadiría 10 billones de dólares a la economía mundial, es decir, alrededor de un 13% del PIB global.

Las investigaciones más recientes han encontrado que una mayor igualdad de género, resulta en un mayor PIB per cápita; y que la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo y la generación de ingresos, se traduce en un mayor crecimiento económico, con un importante efecto multiplicador en la sociedad en su conjunto.

En el caso de Ustedes, la pregunta que tenemos que hacernos es: ¿Qué tan preparados están para responder a las necesidades financieras de las mujeres?

La evidencia del progreso que ha experimentado la humanidad, no es evidencia del éxito.

El camino de la igualdad de género es largo y requiere de mucho coraje y valentía.

En la experiencia que hemos tenido en los programas sociales, que como Ustedes saben tienen un componente financiero importante, hemos apreciado que las mujeres estamos más enfocadas en el ahorro, en asumir riesgos calculados, generar rentabilidad y construir buenos historiales crediticios.

Es importante profundizar sobre la cultura financiera de la mujer, pero especialmente de aquellas que viven en situación de vulnerabilidad, especialmente mujeres pobres, madres solteras, las que viven con algun tipo de discapacidad o en zonas de alta vulnerabilidad.

Por eso, un peldaño importante del esfuerzo que Ustedes realizan en pro de la mujer, es la educación financiera.

En la sociedad en la que vivimos, las responsabilidades financieras, dentro y fuera del hogar, tienen un componente de género muy marcado, que incide en como las mujeres nos vinculamos a la banca.

En primer lugar, porque nuestro comportamiento hacia el dinero es distinto.

Las mujeres somos un 16% más propensa que los hombres a ahorrar para gastos futuros. Y ese ahorro lo destinamos a gastos de capital y a inversiones, en lugar de gastos personales.

Y así como ahorramos, también somos buenas en gasto de calidad. Compramos un 21% más de productos que los hombres, especialmente para el hogar.

Múltiples estudios confirman que las mujeres gastamos más de nuestros ingresos en alimentos, atención médica, mejoras en la educación de nuestros hijos y de nosotras mismas.

En resumen, reinvertimos, y ese tipo de gasto genera un efecto multiplicador que conduce a un mayor crecimiento del empleo y a la diversificación de las economías locales.

Esto constituye una oportunidad importante, para que los servicios financieros se enfoquen en las metas de generación de capital humano y social que las mujeres impulsamos.

Como de igual forma es una gran oportunidad el apoyo a los emprendimientos femeninos. Para el 2017, el 40% de los nuevos emprendedores en Estados Unidos, serán mujeres, una cifra en constante crecimiento que indica que en poco tiempo, los nuevos negocios serán impulsados por las mujeres.

La Banca debe adaptarse a esta realidad, diseñando productos específicos que sean atractivos a la mujer.

Pero el Estado también debe asumir su parte, y generar junto a Ustedes alianzas público-privadas, que respondan a este nuevo enfoque del sector financiero.

Amigos y amigas:

Quiero de igual manera, resaltar la importancia de que cada vez más mujeres formen parte de las instituciones bancarias, no solo por ser empleos de alta calidad, que generan desarrollo del capital humano, sino también, porque es parte de la equidad de género que promovemos, y tiene también un componente de beneficio económico para la banca.

Un interesante análisis del Peter G. Peterson Institute for International Economics (PIIE), arroja que las empresas que han aumentado la representación femenina en puestos de trabajo, han experimentado, en promedio, un 15% de aumento en su rentabilidad. Es un estudio que se cuestiona si la diversidad de género es rentable y que analizó a 21 mil empresas en 91 países, con un resultado fascinante: la presencia de mujeres en el liderazgo corporativo mejora el desempeño de las empresas.

El estudio sugiere que los incentivos y políticas que impulsen el ascenso de la mujer en el escalafón corporativo, tiene un impacto significativo en el desempeño de la empresa.

Y esto, amigos y amigas, es un fenómeno que se verifica en todos los ámbitos donde la mujer participa:

Si se le otorga igualdad de acceso de las mujeres a la tierra y otros insumos agrícolas, la productividad agrícola aumenta entre un 20 y un 30 por ciento.

Asimismo, las empresas con tres o más mujeres en la alta dirección, superarían su rendimiento en un 53 por ciento en comparación con aquellas en las cuales no hay participación de la mujer.

El mensaje es bien claro: vamos a darle espacios a la mujer. Vamos a impulsar que el cerebro femenino esté en todos los sectores de la sociedad.

Me alegró ver en el programa de esta actividad, que habrá un espacio dedicado al rol de Ustedes como empleadores de mujeres.

Lo único que puedo pedirles, o recomendarles, es que desarrollen a cabalidad el potencial de la mujer.

Dar prioridad a las mujeres no es una opción. Es una necesidad.

Asumamos el compromiso de dar a las mujeres el acceso a los servicio financieros, para que puedan convertir sus ideas y ueños en fuente de crecimiento y creación de empleo para nuestras economías.

Trabajemos juntos para mejorar el acceso de las mujeres a los mercados, y que así puedan ver prosperar sus negocios.

Hagamos de la mujer el eje vital de la cultura organizacional de la banca, para que sus instituciones sean más rentables y sensibles a las necesidades de la gente.

Apoyemos el ascenso de las mujeres líderes en los sectores público y privado, diseñando políticas y programas para eliminar con éxito las barreras que enfrentan las mujeres.

¡Sepan que los cambios culturales y conductuales requieren voluntad social!

Y que para llevar esto a cabo, se requiere de liderazgo, no solo del gobierno, también de la sociedad civil y el sector empresarial.

Así que tenemos que ser persistentes y ser integrales en nuestro enfoque.

Amigos y amigas:

El camino del desarrollo y avance de la mujer, está pintado de verde, plasmado de esperanza en un presente y futuro femenino.

Hoy damos un paso certero en esa dirección.

Aplaudo la labor que realiza Global Banking Alliance for Women, así como a los Bancos dominicanos e internacionales comprometidos con la equidad de género.

Están poniendo su granito de arena en el desarrollo de ofertas de servicios personalizados para atender las necesidades de la mujer y propiciar espacios de crecimiento de las mujeres en el sector, lo cual sé que contagiará otros sectores de nuestra economía.

Les agradezco la invitación y les felicito por este evento, en especial a los amigos del BHD-León, a don Luis Molina Achecar, a Steven Puig y a Josefina Navarro.

Traer a la República Dominicana este intercambio de conocimientos y estrategias de género, nos coloca a la vanguardia de un tema que nos preocupa a todos y que es vital para la humanidad.

Queda evidenciado que ustedes, al igual que yo, creen firmementes en que donde hay mujeres empoderadas, las sociedades progresan.

¡Adelante! Hagamos de este siglo XXI el siglo de la inclusión y la justicia social.

Dios les siga bendiciendo.

Muchas gracias.

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