Poniendo el porvenir en manos de nuestros niños y jóvenes
- Para que la constitución dominicana pueda cumplir efectivamente su propósito, como ley fundamental de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho, debe convertirse en parte inalienable de todos los ciudadanos y ciudadanas, en especial, de nuestros jóvenes e infantes.
- La educación en la Constitución es esencial para el bienestar y la felicidad de los dominicanos y dominicanas, porque se trata de una forma de contribuir a la inclusión social, política y económica de todos.
- Incentivar el estudio y aprendizaje de nuestra Constitución es un paso fundamental para contribuir a la formación de mejores ciudadanas y ciudadanos, conscientes de sus derechos y garantías fundamentales.
Honorable Señor Milton Ray Guevara, Magistrado Presidente del Tribunal Constitucional, y en él, a los Honorables Magistrados y funcionarios de este Alto Tribunal;
Lic. Paola Caram, Oficial de Alianzas Interinstitucionales del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en representación de don Lorenzo Jiménez de Luis;
Honorables Miembros del Cuerpo Diplomático, en especial a la Embajadora del Reino de los Países Bajos, Annemieke Verrijp;
Invitados especiales;
Amigos y amigas, muy buenas tardes:
Para que la constitución dominicana pueda cumplir efectivamente su propósito, como ley fundamental de nuestro Estado Social y Democrático de Derecho, debe convertirse en parte inalienable de todos los ciudadanos y ciudadanas, en especial, de nuestros jóvenes e infantes.
Solo así podremos honrar a nuestros Padres de la Patria y a tantos héroes y heroínas, que han sentado las bases de lo que hoy es la República Dominicana, con mucho sudor y mucha sangre.
Para que la Constitución no sea simplemente un pedazo de papel, hay que trabajar arduamente para que sirva de herramienta para la dignidad de las personas, para que el ciudadano pueda ejercer sus derechos en plenitud.
Hoy sumamos esfuerzos en ese sentido.
Con esta alianza, buscamos brindar un mejor futuro a nuestros niños, niñas y adolescentes, mediante la promoción de nuestra Carta Magna, en un formato especial, que ha sido diseñado por el Tribunal Constitucional, y desde un lugar especial, que es la Biblioteca Infantil y Juvenil República Dominicana.
La educación en la Constitución es esencial para el bienestar y la felicidad de los dominicanos y dominicanas, porque se trata de una forma de contribuir a la inclusión social, política y económica de todos.
Incentivar el estudio y aprendizaje de nuestra Constitución, es un paso fundamental para contribuir a la formación de mejores ciudadanas y ciudadanos, conscientes de sus derechos y garantías fundamentales.
Y por ese camino, vamos llevando a nuestra población hacia la felicidad, esa felicidad constitucional de la que tanto habla el Magistrado y que está poniendo en práctica con acciones concretas.
Hace poco escribí que la felicidad es también una responsabilidad pública, tiene una base constitucional sólida, que al decir del magistrado Milton Ray Guevara, presidente del Tribunal Constitucional, “constituye un derecho inalienable de los hombres – y mujeres – y que, por consiguiente, los poderes públicos deben asegurar su realización efectiva”.
Nuestros ciudadanos de menor edad, se merecen la oportunidad de vivir en una sociedad cada vez más feliz, que haga del respeto a la Constitución una base fundamental de las relaciones con los demás.
Decía Sócrates que el fin último del hombre es la propia felicidad.
Y aunque lograr esa satisfacción en el ser humano no es fácil, no menos cierto es que el ideal del bienestar social se alimenta de la felicidad de los ciudadanos.
Aplaudo y celebro la loable labor del Tribunal, el empeño de don Milton y de todos los Honorables Magistrados. Y por eso agradezco al Tribunal Constitucional por su disposición a la firma de este convenio y a la implementación de las acciones.
Por igual, al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que apoya esta iniciativa como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible; y al equipo de Tú Primero, que tiene a su cargo asegurar la implementación de estas ideas.
Esta firma de hoy representa la esperanza de un mejor porvenir para nuestros niños, niñas y jóvenes, y contribuye a nuestro deseo de aportar a un mejor país.
Estoy segura que las futuras generaciones agradecerán el esfuerzo que hoy realizamos para que El Estado, constitucionalmente ordenado, trabaje sin desmayo, como ente propiciador de la felicidad común.
¡Muchas Gracias! Qué Dios les Bendiga.